La historia comenzó en el verano, yo quería irme de vacaciones a algún sitio y mi opción era Londres, en esto mi madre obsesionada con Sexo en Nueva York, me dijo por qué no vamos allí? Así que me puse a buscar buenas ofertas y por fín el 23 de octubre cogimos el avión rumbo a la Gran Manzana.
El viaje en avión ya os podéis imaginar, cuando llegamos al JFK, nos quedaba nuestra primera prueba de fuego, pasar inmigración; agarré a mi madre y le dije tu no te muevas de mi lado porque como nos separen, a tí te mandan directa a un avión de vuelta.
Cuando por fín nos montamos en el autobús para el hotel, nos pasó algo curioso, una persecución de la poli yanki a un coche que se nos cruzó por delante en la autopista y que la poli le rodeó, con pistolas y todo, el del autobús decía que todo estaba preparado, pero nosotros entre la cara de susto y las cámaras de fotos pareciámos a Paco Martínez Soria en la ciudad no es para mí.
Por fín llegamos al hotel después de nose cuantas horas y una vez que dejamos las maletas, cogimos la cámara de fotos y nos lanzamos a la calle (plano en mano, que no se diga que no somos turistas). Nuestro hotel estaba al lado de Times Square así que nos dirigimos con mucha emoción para allí.
Después de hacer la foto de rigor y frotarnos los ojos una y otra vez, nos dirigimos cómo no al Rockefeller Center.
Aquí se puede observar a mi madre toda emocionada y un pelín muerta de frío. Después fuimos a ver la Catedral de San Patricio y dar una vuelta por ahí, mi madre no dejaba de decir que se le iba a romper el cuello de tanto mirar para arriba, jejeje....
Cenamos cómo no en un Mac Donalds (que por cierto en newyorkino se dice mec donalds, ojo), nos fuimos al hotel.
Si algo tienen los yankis son las camas de los hoteles, qué maravilla y qué grandes.
Al día siguiente y una vez revisado el planning, lo habíamos hecho en casa, nos fuimos dando un largo paseo porque la verdad otra cosa no, pero caminar, acabas con el culo reventado y las piernas ni las sientes, pero sarna con gusto no pica; nos dirigimos hasta el Empire State, hicimos caso de los innumerables foros que habíamos consultado y fuimos a primera hora de la mañana para evitar las colas. Compramos las entradas, (que si tu le dices que eres student, van y se lo creen), pasamos los controles de seguridad que a cientos en todos los lados y nos montamos en el ascensor que te sube hasta el piso 80, cómo notas la subida. Pasamos por un sitio donde te hacen una foto y lo que si hicimos y está guay es alquilar unos auriculares que te cuestan 6 dólares y que te ayudan mucho ya que te explican la historia de Manhattan.
Cuando bajamos, nos dimos cuenta que teníamos mucha hambre y nos fuimos a zampar lo que sería mas o menos nuestro menú diario durante 7 días, un pedazo de pizza, muy rica, pero un poco cara.
Una vez que llenamos el estómago nos fuimos a la Central Station, que es igual que en las películas y compramos los metrocard, muy útiles si vas a usas el metro y el autobús (el metro es sencillo de coger y siempre hay gente dispuesta a ayudarte, el autobús un pelín mas complicado, pero genial para ver todo), usamos por primera vez el metro y nos fuimos a ver el Metropolitan (por cierto, siempre haciendo la trampa de la edad para comprar las entradas). Una vez dentro, se te cae la baba qué tamaño nosotras descartamos todo lo referente a la antigua Grecia y la época medieval que de eso tenemos bastante y nos dirigimos a la zona de Arte Moderno, los muy jodidos lo tienen todo.
Después de estar mas o menos 3 horas y cansadas como perros, volvimos a dar una vuelta por Times Square, cenamos algo y para el hotel, que al día siguiente venían las amigas de mi madre que se apuntaron al viaje a última hora y saliero de España un día mas tarde.
Día dos, una vez desayunadas y reunídas el cuarteto mortal, nos dirigimos cómo no a la zona cero, cogimos el metro y vamos de excursión.
El hueco que se ve, es donde estaban las torres gemelas, la verdad es que impresiona un montón y lo increíble es que ningún edificio mas, cayera porque casi todos los de alrededor, son de cristal, solamente había un edificio apuntalado.
Hay una valla alrededor de la zona, toda llena de imágenes de ese día, fotos de bomberos y muchas, muchas banderas yankis....
Después del sobrecogimiento, nos fuimos caminando (y para eso hay que tener valor, porque coño con las distancias), hasta Battery Park, para coger el ferry gratuito para State Island, que está guay porque ves la Estatua de la Libertad no demasiado lejos y no tienes que pagar nada, total no te dejan subir, desde el 11-s. Luego comimos en Pier 17, los antiguos embarcaderos del sur de Manhattan y nos dirigimos hasta el puente de Brookling.
Qué emoción, yo me sentía que estaba en cualquier película que hubiera vista y que hablaba de New York, lo cierto que todo lo que ves, lo primero, te recuerda a una película y parece que ya lo conoces. Después de caminar el puente entero y volver, mama mis pies, nos acercamos hasta Chinatown, pero no compramos nada que yo tenía un poco de saturacíon de madres, porque era como si llevara tres muebles, si querían algo, Laura, pídeme algo de beber;Laura , pregunta cuánto cuesta....
Ya un poco cansadas de mas, nos fuimos al hotel, porque al día siguiente íbamos a hacer una excursión llamada Contrastes de New York, con un taxista puertoriqueño que habíamos contactado con el a través de un foro de internet.
Pero eso será en la 2ª parte, porque me he extendido demasiado y no quiero aburridos.
Espero que os haya gustado.